miércoles, 5 de mayo de 2021

EPITAFIO PARA UN POLÍTICO

 Quiso asaltar los cielos y se despeñó a los infiernos.

Madrid, cuna y tumba política de Pablo Iglesias

Y es que no podía ser de otra forma, desde el momento en que se descubrió que sus intereses, por encima de los de los ciudadanos, eran el poder la poltrona y los privilegios. En el fondo Pablo Iglesias siempre envidio, la forma de vida de la "casta" y puso todo su empeño en lograr ser como los de la casta. Una vez que lo consiguió su idealismo se transformo, sus prioridades cambiaron y empezó a tejer otro futuro lejos de su posiciones políticas.

La decisión de ayer ante el fracaso de la izquierda en Madrid, ya había sido tomada hace tiempo, pero necesitaba una plataforma de cara a la galería, una excusa que le sirviera para alejarse de la política y le permitiera vivir su nueva vida, en su dacha como un burgués capitalista mas. La despedida de ayer tan solo ha sido la construcción de un relato inverosímil, para justificar su retirada.

Era de esperar que con su actividad política muy cercana al extremismo mas radical, alejándole de la democracia y tratando de coartar la libertad, le arrastrase poco a poco  a una situación insostenible. De hecho su radicalismo le llevó a ser un político antidemocrático, rayando con la dictadura estalinista, que por desgracia era apoyado por algunos tertulianos en busca de pesebre y algunos medios de comunicación ansiosos de subvenciones y mordidas.

Y no se alejan las sospechas de su financiación a través de la dictadura venezolana y la iraní. No solo eso, Iglesias es una persona que ha jaleado a los herederos de ETA, que es amigo intimo de Otegui, que ha ido de la mano de los golpistas catalanes, que esta incurso en varios procesos, por destrucción de elementos informáticos, por revelar secretos, por su conducta machista y lo mas grave por amenazar a los medios de comunicación y querer coartar la libertad de expresión.

Hoy se despide culpando al fascismo y los que odian la democracia de convertirlo en un chivo expiatorio. No Pablo, te lo ganaste tu solito a pulso, radicalizándote, aliándote con separatistas y golpistas y tratando de imponer una dictadura socio comunista.

La retirada de la política de Pablo Iglesias, el hombre que prometió vivir como la mayoría de la gente, permite hacer un balance de su aportación a la regeneración democrática. El balance no da para mucho: ninguna aportación, más bien todo lo contrario. Desde que llegó Iglesias a la arena política la democracia española ha vivido amenazada. Su perfil totalitario se convirtió en todo un ataque a la libertad y a la convivencia entre los españoles. Desde el punto de vista político, poco más que decir de un personaje incompatible con un régimen de libertades y desde un punto de vista económico, su aportación al progreso de los españoles es también nula

Por supuesto que hoy España y muchos millones de españoles duermen mas tranquilos, sabiendo que un individuo que embauco a tantos millones que confiaron y creyeron en el, por fin se quitó la máscara y dejo al descubierto sus auténticas aspiraciones. Lo siento por toda esa gente engañada, mas cuando se sabe que la inclusión de Iglesias en la campaña electoral iba a perjudicar a la izquierda y que si no hubiese entrado tal vez la izquierda hubiese ganado las elecciones en Madrid. La pregunta es ¿Sabía Iglesias que su incorporación a la campaña iba a provocar un efecto rechazo de tal magnitud? Y si lo sabía ¿Por qué lo hizo?.

Su frase lapidaria: agrupaos todos en la lucha final, que yo me piro a mi casoplón de Galapagar". De hecho Pablo Iglesias llegó a la política con 59.000 euros  y 7 años después se va con 540.000. En definitiva, ha sido la mayor farsa de la política.

Visto lo visto, está todo visto.

 


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